El desgaste de los naranjas pasa factura y caen en el primer choque frente al Melilla

El Leyma Básquet Coruña cayó esta noche ante el todopoderoso Melilla Baloncesto, que se llevó el primer punto de la ronda de semifinales con un contundente 101-83.

El partido comenzó con un ritmo anotador intenso e igualado, en un primer cuarto en el que ambos equipos se hablaban de tú a tú, pero a medida que avanzaba la contienda, el desgaste físico y la acumulación de faltas fueron haciendo mella, especialmente en los últimos cinco minutos del partido, en el que el Melilla Baloncesto sin embargo seguía sembrado de acierto y con las ideas claras, llegando a firmar un parcial de 17-7 que, en palabras de Tito Díaz, “acabó de hundirnos”.

En la rueda de prensa posterior, el entrenador naranja felicitó la merecida victoria de los melillenses pero también a sus jugadores. “Llevamos tres semanas entrenando siete u ocho jugadores, hoy hemos venido con ocho y lo hemos pagado”, aseguró, en relación a las mermas físicas en las filas del equipo, fruto de la dura ronda de cuartos frente al Café Candelas Breogán.

Quiso destacar que a pesar de ello –y de la lesión de Ben Stelzer durante el encuentro- sus hombres “fueron capaces de volver al partido dos veces”, primero en los minutos previos al descanso y luego en el tercer cuarto, donde volvieron a recortar distancias peligrosamente para los locales. Pero el cansancio y el desgaste pasó la temida factura, especialmente en los últimos cinco minutos, con fallos de canastas bajo el aro “casi inexplicables” mientras el Melilla seguía creciéndose en la pista y en el marcador.

Aun así, los de Tito Diaz no tiraron la toalla ni lo harán en la siguiente cita, este domingo a las 19:00 horas. “Estoy super satisfecho del trabajo de mis jugadores “, subrayó el técnico, añadiendo rotundo que “el Melilla se sintió seguro en los dos últimos minutos” y que “para nosotros, competir en las condiciones en las que estamos es muy importante”.

Si de algo saben los coruñeses es de sufrir y remontar, y de creer y luchar con todas sus fuerzas. Las espadas siguen en alto.